Intentar convertir un pollo en un dinosaurio es una tarea imposible; sin embargo, utilizar este ave como referencia puede ayudar a imaginar cómo debieron caminar esos antepasados de este planeta antes de extinguirse.
Recientemente Bruno Grossi, de la Universidad de Chile, ha experimentado con 12 pollos a los que incorporó una prótesis tras manipular la ubicación del centro de masa en las aves, lo que según parece recrea la postura de las extremidades y la cinemática de dinosaurios bÃpedos ya extintos. A esos pollos se les fueron cambiando las prótesis a medida que fueron creciendo y adaptando sus proporciones. Este estudio ha sido publicado en PLoS ONE y es muy interesante su lectura. Solo aclarar que las aves se comportaron de forma normal, sin angustia ni efectos adversos.
Bueno, de alguna forma hay que probar. Y parece que las gallinas son antiguos dinosaurios, según dicen. Asà que a ponerle una cola detrás y a imaginar se ha dicho.